Una palabra es como un mensajero. Cual paloma adiestrada, su misión es llevarnos un mensaje que un tipo confiado nos transmite. (Para esto, claro, el remitente necesita confiar en el mensajero). Sin embargo, hubo un día en que las palabras enloquecieron, se sublevaron: dejaron de contar lo que sus crédulos remitentes les ordenaban.
23 de octubre de 2010
7 de octubre de 2010
Federico, Maradona, mis putas tristes
Hace un tiempo que sé la más profunda de las verdades: existen dos cosas infinitamente más nobles que cualquier oración hecha de palabras. Una de esas cosas también es oración, pero de ingleses: el segundo gol de Maradona a Inglaterra. La otra es un tipo más de oración, pero esta vez de notas: la música. Yo no entendía nada de la vida hasta que Federico, mi compañero de trabajo, me explicó su teoría de las oraciones.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)