31 de agosto de 2010

Otra de amigos

Pablo y Oscar son dos amigos que, a simple vista, parecen carne y uña. Pero la psicología masculina, señoras mías, suele ser infinitamente más complicada de lo que hasta ahora se ha sospechado. A continuación, veremos cómo una simple charla telefónica es capaz de mostrarnos hasta qué punto dos simples varones, Pablo y Oscarcito, son en el fondo como el agua y el aceite. La incomunicación entre amigos, ¿un flagelo que no para de crecer?

23 de agosto de 2010

El tachero de Canal Encuentro

Yo solía ser un tipo simple, normal. Veía fútbol y me calentaba con el referí cuando no cobraba orsai. Me reía mucho, a solas o con amigos, de la palabra “teta”. Me quejaba de la humedad con las vecinas que baldeaban las veredas. Por supuesto, celaba a mi novia constantemente. Sin embargo, con el tiempo me convertí en un intelectual, un bicho raro, un boludo importante.

19 de agosto de 2010

Tenés cara de loco

“Tenés cara de loco”, le dije, y le devolví el chocolate Marroc que me había regalado. Para esa época, yo todavía era ingenua, yo todavía era una niña. Nunca me voy a olvidar de esa noche cuando, en la parada del 60, Claudio me explicó que un hombre con cara de loco puede llegar a ser mucho más que eso. “No soy sólo una cara de loco”, me dijo, endureciendo la voz, recogiendo el Marroc que yo le había rechazado. Así, intuí que ese era el comienzo de un largo discurso, y no pude parar de escucharlo.

12 de agosto de 2010

Pobres palabras

Las palabras son sonidos. Uno, dos, tres sonidos. Van de acá para allá en el renglón y juntas construyen, como sonidos que son, una cierta música. Al menos así solían ser cuando niñas, así de inocentes. ¿Por qué, entonces, ahora se las carga con tantas obligaciones? ¿Por qué arrastran la pesada tarea de tener que educarnos o develarnos la verdad del mundo? No sé si estaremos a tiempo, pero algún día deberíamos devolverles un poco de esa inocencia perdida. 

Una de amigos

Bueno, pero vos me parece que estás imposibilitado de ver las pequeñas cosas de la vida.

¡No! Pero yo LO VI. ¡Lo viví! Lo juro. ¿Por qué decís que lo olvide y punto?

Señoras con gafas

MIRIAM. —Viste lo que llovió ayer, nena.

IRMA. —Unas gotas así de gordas, Miriam.

MIRIAM. —Uh, cómo viene este tren, vamos a viajar como chorizos.

IRMA. —Qué cosa bárbara, decí que no lo tomo muy seguido.

2 de agosto de 2010

Instrucciones para llorar II

Se sentaba y al rato aparecían las primeras lágrimas. Eran de golpe: una explosión, como una tormenta de verano que no te da tiempo a correr o a abrir un paraguas. Lloraba como quien va al baño, mediante un mecanismo directo, conocido y eficaz: rutinario. 

Oraciones reflejo

“Qué nochecita”, pensás, aunque de pensamiento tenga poco. Es en verdad una oración reflejo, una de las tantas que, cada tanto, te irán avisando que afuera hay un mundo.