2 de noviembre de 2011

Se la agarraron con el viento

Ayer salí a dar una vuelta por Quilmes en una noche ventosa, pero no fría. Yo iba bastante tranquilo, pero me crucé con una mujer que eligió quejarse: Tan fuerte va a estar el viento en esta ciudad de mierda... Escuché cada palabra y comprendí, entonces, que el viento es uno de los grandes enemigos declarados del sentido común.

La frase me dejó pensando. Hay un recurso de la poesía, llamado "hipálage", que consiste en atribuir a un sustantivo el atributo de otro. Por ejemplo, muerte filosa (lo filoso es el cuchillo que mató, y no la muerte). En este caso, ¿ciudad de mierda sería una hipálage? ¿Para esa mujer, la mierda era la ciudad o el viento que la mecía? ¿O ambas cosas? ¿Sería la mujer, acaso, una poeta? ¿O sólo una quilmeña más?

Nunca sabré la respuesta. De todos modos, todo esto me sirvió para llegar a mi nueva desesperada conclusión: se la agarraron con el viento.

Digo "nueva" porque hace unos años escribí Se la agarraron con el gris, sorprendido por el hecho de que, a diferencia del verde o el amarillo patito, asociamos ese color con lo aburrido, lo feo, lo siempre igual. Es que solemos entronizar ciertos objetos con suma arbitrariedad, y en perjuicio de otros. Puede ocurrir con los colores, los países, las vedettes y los dioses. Y también con los fenómenos meteorológicos. 

Veamos lo que pasa con el sol o con la lluvia. El sol, por ejemplo, fue siempre una divinidad redonda y sin barba, desde los egipcios hasta el Pity Álvarez. Enrique Iglesias, por otro lado, se está enamorando mientras la lluvia cae lentamente sobre él, mientras que Woody Allen, en Midnight in Paris, asocia la caminata bajo la lluvia con los espíritus bellos y libres. Si los yanquis republicanos, de pura cepa, huyen y piden rápidamente un taxi, las francesas y los yanquis afrancesados eligen empapar sus paseos a la intemperie, por las callecitas de París.

De chicos, en la escuela, nos acostumbraron a dibujar al solcito con sus rayos firmes y a las nubes de blanco ala, con sus gotitas rayadas: nubes siempre inofensivas, como de peluche. Vieja manía de photoshop, porque en la realidad el sol nunca luce esos rayos geométricos ni a las nubes las rodean perfectas y mullidas onditas semicirculares. Cuando sale el sol en las canciones de Pity o en la literatura popular, los protagonistas nunca sufren de insolación ni buscan la sombra como cualquier buen cristiano. ¿Cuándo será el día en que dibujemos los gigantescos y siniestros nubarrones marcando a fondo el lápiz gris, de a poquito, con rabia y sumo realismo, hasta que se conviertan en negro?

Al viento, sin embargo, nunca lo dibujamos. Aprobamos el jardín o el CBC sin saber cómo se dibuja el viento. Es una barbaridad.

En la sabiduría popular y en el rock nacional, al viento no le va mejor. El refrán A las palabras se las lleva el viento alude a lo traicionero de este viejo chorro y soplón. Por su parte, el Flaco Spinetta dice: 

Y hoy que enloquecido vuelvo 
buscando tu querer
no queda más que viento, 
no queda más que viento.

El viento queda asociado a lo inútil, a lo que está de más. Pero a veces sirve, ojo. Es conocido aquel viejo verso Viento, dile a la lluvia... ¡desprecio insuperable! El viento es usado aquí de "che pibe", de mensajero...

***

Quizás moleste del viento su discresión, el disimulo con que sopla. El problema, creo, es que casi no está. Y los occidentales, desde que no jugamos al truco con Dios, hacemos un culto de la presencia visual. Al sol se lo puede ver, y con eso alcanza. Está en el cielo, en la bandera del país o incluso en el dorado de nuestra piel: no importa dónde, pero siempre está. La lluvia, mientras tanto, moja, aplaude, y hasta enamora a los desprevenidos.

Pero el viento, más allá de su esporádico chiflido shvhhvh, solamente es accesible al tacto. Y encima no lo tocamos, sino que somos tocados. Creo que eso es lo que nos jode más. El viento nos viola, y nuestras susceptibles pieles chillan y patalean.

4 comentarios:

  1. A mi me encanta el viento. "Soplan vientos de cambio" , ahì tenes un buen uso del viento. "Disfrutar del viento antes de la tormenta", esa la usè en una letra. Abrazan el fascimo del sol y la lluvia y se quejan por el viento que refresca y oxigena, tristes humanos. En fin, Un abrazo

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  2. Aleeeeee!!! Aguante el viento, aguanten las ventosas playas argentinas!!! Como Héroes canta: "el jardín de mis delicias, pertenezco a la brisa"... Ya que volviste a tus escritos con títulos taquilleros (¿?) ponete las pilas y escribite otro texto "democrático"!!
    Ah, soy Caro!!! tu ex compa del Mallea!!!! la que tiene ideales profesionales súper originales! Buen finde!!

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  3. Y te olvidaste de otro detalle en contra: los ciudadanos de Necochea odian escuchar: ¡Qué hermosas playas! ¡Que tranquilidad que hay!, pero ¡qué cagada el viento!

    Me gusta como escribís :)

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  4. Impecable como siempre Ale. "Aprobamos el jardín o el CBC sin saber cómo se dibuja el viento. Es una barbaridad."
    No pueden gustarme tanto tus textos! Que andes muy bien.
    Saluditos de la vecinita de Lanús jajajaja

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