12 de agosto de 2010

Señoras con gafas

MIRIAM. —Viste lo que llovió ayer, nena.

IRMA. —Unas gotas así de gordas, Miriam.

MIRIAM. —Uh, cómo viene este tren, vamos a viajar como chorizos.

IRMA. —Qué cosa bárbara, decí que no lo tomo muy seguido.

MIRIAM. —Yo tampoco, nada más que para ver a Carlitos, lo que pasa es que últimamente está con sus cosas, ocupadísimo, viste.

IRMA. —Pobre, siempre con tanto trabajo.

MIRIAM. —Mirá, hay que agradecer igual, porque hoy en día… Decime, nena, esa chica con el bebé, ¿no se querrá sentar?

IRMA. —A ver… Nena, nena, ¿no te querés sentar? ¡A ver, alguien que le ceda el asiento, por favor!

CHICA CON BEBÉ. —No, está bien, señora, le agradezco. Me bajo en la próxima.

MIRIAM. —Y decime, Irmita, ¿los tuyos cómo andan?

IRMA. —Y, en sus cosas, viste…

MIRIAM. —¿Y los hijos de Laurita? Siempre tan amorosos, tan educados.

IRMA. —Estamos contentos con el mayor. Gracias a Dios, ya está en la facultad.

MIRIAM. —Claro. Cómo pasa el tiempo, nena.

IRMA. —Siempre fue muy inteligente, yo siempre lo dije.

MIRIAM. —Ay, nena, hay que dar gracias por esas cosas.

IRMA. —Sí, si lo vieras, se la pasa todo el tiempo estudiando el nene.

MIRIAM. —Pobre ángel. Pero son sacrificios necesarios hoy en día.

IRMA. —Ya lo creo, nena, hoy en día, si no estudiás, no sos nadie.

1 comentario:

  1. Este diseño se ve muy bien para muchas ocasiones gracias y sigan publicando

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